Vale, sí, no he escrito en mucho tiempo… Bueno, sí, un post sobre una peli, pero tengo que confesar que era un texto de archivo que esperaba la ocasión oportuna almacenado como borrador. No es que se me hayan acabado los temas, podría haber escrito algunas gilipolleces que se me han ido ocurriendo, pero me ha faltado el tiempo porque hace algo más un mes que estoy inmerso en el proyecto más importante de mi vida. Se llama Sol.
Cuando nací, Chicho Ibáñez Serrador le regaló a mi padre encuadernado con buenas tapas el periódico de aquel día, para que cuando fuera mayor pudiera ver las cosas que ocurrieron el día de mi nacimiento. Curiosamente, en 1977, después de las primeras elecciones democráticas en 40 años, el país en el que hoy vivimos estaba por construir y las noticias de los periódicos eran un hervidero de movimientos políticos encaminados a llevar a buen puerto la transición.
Sol, como he dicho, nació algo más de un mes, y sí, compré el periódico. Pero creo que, más que recordar, lo que sucedió el día que ella nació, lo que sí voy a tener presente es lo que ha sucedido hoy: ETA ha abandonado definitivamente la violencia. Ojalá sea requeterefinitivo, porque no quiero que me mi hija crezca acostumbrada a que los coches bomba, los tiros en la nuca y los secuestros sean noticia de uso común en los informativos de televisión, las radios, los periódicos y los medios digitales, cosa que a lo que yo, por desgracia, sí me acostumbré durante mi infancia en los ochenta.
Es verdad que ella ha nacido en la mayor crisis económica de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que España no había estado nunca tan atrasado en los económico y en los niveles de empleo en lo que llevamos de democracia, que todo lo avanzado en materia social se está viendo recortado en los últimos tres años y, por lo que pinta, los tijeretazos van a ir a más. Pero, al menos, España es hoy un país que no vive aterrorizada por unos matones. Bueno, y, lo olvidaba, somos campeones del mundo.